a incorporar protuberancias en forma de
sensores de calidad del aire, temperatura,
ruido e iluminación; cámaras de reconocimiento
termal; wifi; centros de distribución de anuncios
personalizados vía móvil y control de los flujos
de paso. Muchas de estas farolas están hoy
apagadas. En las que funcionan, la única
mejora que perdura es el ahorro energético
por la utilización del led. El resto de prestaciones
nunca logró imponerse, pero ahí siguen.
Gemma Galdon, Smart City 2013.
El País, 7-12-2013.
Marc Vicens, 2013. |