ni siquiera cuando han sido arrancados, son dos canicas que están
allí inertes, los párpados, las pestañas, y también las cejas, son los
que se encargan de las diversas eloquencias y retóricas visuales,
pero la fama la tienen los ojos.
José Saramago, Ensayo sobre la ceguera.
Traducció, Basilio Losada.
Editorial Santillana, 2013.
Marc Vicens, 2014. |