y precisos. No eche las prendas sobre una silla de cualquier manera,
hágalo ordenadamente. Esto es un ejemplo, proceda de la misma forma
al vestirse. Piense en lo que hace y no efectúe ningún gesto inútil o superfluo;
haga lo mismo en el lavado. En pocos minutos, economizando gestos,
puede ducharse, afeitarse, limpiarse los dientes, peinarse y vestirse.
Cada día procure eliminar unos segundos del tiempo empleado en la
víspera y se dará cuenta con estupefacción del tiempo que perdía antes.
Marcel Rouet, El arte de relajarse.
Editorial Alas, 1994.
Marc Vicens, 2014. |