a la media, todo el mundo acaba por
sacudirse a los muertos, ese es su destino
final, y lo más probable es que ellos
se mostraran conformes con esa medida,
y que, una vez conocida y probada su
condición, no estuvieran tampoco dispuestos
a regresar.
Javier Marías, Los enamoramientos.
Alfaguara, 2011.
Marc Vicens, 2011 |