sólo de crédito. Crédito que me da el destino por distracción,
por piedad, por curiosidad. Pero en cualquier momento,
cuando vaya a retirar mi jornal o mejor dicho mi jornada,
encontraré la caja cerrada y en el muro el anuncio de
cualquier vulgar tienda de comenstibles: "La maison ne
fait plus de crédit." Entonces, chao, vida mía.
Julio Ramón Ribeyro, Prosas apátridas.
Seix Barral, 2007.
Marc Vicens, 2012. |